Decir adiós, en definitiva, no es una palabra en mi vocabulario. Cuando me despido, prefiero hacerlo con un “Nos vemos mañana”, “Cuídate” o “See you”. Siento que si digo adiós, va a ser para siempre.
Hace 4 años, llegue a la Universidad porque alguien se despedía y culminaba sus labores en la institución. Hoy 4 años después, estoy aquí dedicándole uno de los “See you” más sentimental del mundo a una muy querida compañera de trabajo.
La generación de la que vengo, se ha caracterizado por saltar de un trabajo a otro en muy poco tiempo, por eso, cuando alguien se jubila después de tanto tiempo en un lugar, lo que viene a mi cabeza es un enorme orgullo y admiración. Más allá de una nómina, yo veo toda una vida dedicada a una labor, que muy seguramente además de alegría y beneficios económicos, tal vez trajo cansancio, enojos y sacrificios.
Muchas preguntas rondan por mi cabeza …¿Fue feliz? ¿Valieron la pena los sacrificios?.
Norita: Estoy segura que todos esos sacrificios han valido la pena y eso lo puedes ver en todos los que te quieren , en los alumnos y maestros que te saludan con gusto y en el ejemplo que eres para muchos de nosotros. Llevas trabajando 20,000 años en la UDEM, no sé cómo fue tu vida de 4 años para “allá”, sin embargo, de todo corazón deseo haber hecho tu camino más ligero y más feliz.
Gracias por coincidir, por el abrazo fuerte que todos los días recibí, por las palabras de aliento que nunca faltaron y el calor de como una segunda mamá, al estar lejos de la mía.
¡Te voy a extrañar!
See you later alligator.