El fenómeno actual de la pandemia del COVID-19, tal como una guerra o una inundación, ha causado alteraciones en el sueño de la población. El presente artículo, publicado en la revista “Sleep Medicine”, describe que esto se debe a la ansiedad generada por las múltiples preocupaciones que tenemos sobre el riesgo de contagio, la estabilidad financiera, etc. Asimismo, destaca que las restricciones implementadas, como el confinamiento social, han interrumpido las actividades rutinarias que solían marcar nuestro ritmo de sueño-vigilia. Por ejemplo, ahora nos levantamos tarde, comemos a diferentes horas, y nos desvelamos navegando por redes sociales. Sin embargo, los autores mencionan que estos problemas del sueño van a persistir aún después de que termine la pandemia. Por tanto, intervenciones de salud pública, como la difusión de medidas de higiene del sueño, son necesarias para cuidar la salud mental de todos. El artículo analiza los resultados de otra investigación, realizada por Lin et al., que estudió el impacto de la pandemia en el sueño y comparó las tasas de insomnio antes y durante el pico de propagación del virus en China. Por un lado, fue acertado elegir analizar esta investigación, porque incluyó como población a los adultos y no solo a los trabajadores de la salud. De esta forma, pudieron crear conciencia sobre los efectos del insomnio en la población general. Por otro lado, eligieron un estudio que presentó un sesgo en los datos, ya que se les pidió a los participantes evaluar su calidad de sueño tres meses antes del virus, pudiendo exagerar y olvidar datos importantes. Sin embargo, los autores reconocen estas limitaciones y fueron concisos al presentar medidas para reducir el insomnio como responsabilizar a la comunidad a tomar acción. "
Gabriela Itzel Cano Cantú - MCP